Un terremoto de 8,9 en la escala de Ritcher provocó el cierre de los aeropuertos de Narita y Haneda, en Tokio, y devastó el de Sendai, al norte Japón, sobre todo por los daños causados por el tsunami que se produjo a continuación. Han entrado en alerta por la ola gigante provocada por el temblor Taiwán, Guam, Filipinas, Indonesia, Rusia y Hawai.
Una primera sacudida de 7,3 precedió al definitivo de 8,9 en la escala de Ritcher, el epicentro se ha localizado a 130 kilómetros al noreste de Japón, a unos 19 km de profundidad. Este movimiento de tierra ha provocado una ola de entre 6 y 10 metros de altura, hecho que ha devastado la región de Sendai, al norte, destruyendo incluso el aeropuerto de la ciudad.
El aeropuerto conocido como Miyagi, por la prefectura a la que pertenece, era de tamaño medio y en él operaban aerolíneas como Japan Airlines, All Nippon Airways, Air China, Asiana, China Southern, Continental, Dragonair, Eva Air y Hong Kong Airlines, entre otras.
Por su parte, los aeropuertos de Narita, a 60 km al norte de Tokio, y el de Haneda, a 15 km al sur de la capital del sol naciente, han cerrado tras fuertes sacudidas que hacían tambalearse las paredes de las terminales. Un pasajero habla incluso de sensaciones similares a las que se experimentan con fuertes turbulencias, en un principio se ha informado de numerosos heridos.
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